lunes, 7 de marzo de 2016

CÉLULAS MADRE, EL PROCESO



Todas las células madre de la capa basal de la piel son células primitivas capaces de dividirse indefinidamente. A este proceso se le denomina MITOSIS. Esto es, las células de la capa basal se dividen en dos células idénticas. Si la célula madre está en perfectas condiciones, dará como resultado de esta división dos células hijas perfectas que preservan su capital genético intacto.

¿Que pasa si la célula se estropea antes de dividirse en dos?

El resultado son dos células hijas idénticas, ambas dañadas en su función vital. De ahí la importancias de la investigación para la preservación de la integridad de las células madre, es decir, activos que ayuden a protegerlas y repararlas. Así al dividirse en dos se obtienen dos células a pleno rendimiento que aseguran una mejor calidad de piel durante más tiempo.

La manzana Spaättlauber es una variedad suiza muy ácida, no comestible que ha tenido a la clase científica sorprendida durante años, se conserva durante largo tiempo y no envejece, su piel no se arruga ni se encoge. Además, cuando se produce un corte en el tronco del manzano Uttwiler Spätlauer, éste cicatriza rápidamente. Las células de la Spaättlauber contienen factores epigenéticos que incrementan su longevidad. Estos factores son biocompatibles a los de las células madre de la capa basal de la piel. 

Los factores epigenéticos extraídos de células madre de origen vegetal (en este caso de una manzana) estimulan la actividad de las células madre de nuestra epidermis. Por lo tanto, las células madre son células con una gran capacidad de regeneración, una habilidad natural que se ralentiza con los años, las radiaciones UV, la contaminación, el estrés, la dieta...

Ningún cosmético contiene células madre: lo que incluyen en su formulación son factores con capacidad de estimular las nuestras propias a nivel epidérmico.


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